Deposito en Garantía

 

Alquilar una casa o un departamento puede convertirse en todo un reto, sobre todo por los requisitos, el depósito en garantía o los tiempos de espera a los que algunos arrendadores te pueden someter cuando estás urgido de tener un nuevo hogar o independizarte.

Lo primero que debes hacer antes de arrendar un inmueble es evaluar sus condiciones: si la zona en la que se encuentra te es útil y funcional para la vida que piensas llevar. En otras palabras, que la vivienda esté ubicada céntrica a tu trabajo o al colegio de tus hijos.

Una vez que has encontrado el inmueble y disfrutado al máximo de tu hogar, las complicaciones pueden comenzar si decides mudarte. Esto tiene que ver con las condiciones en las que dejas la vivienda y si puedes exigir la devolución del depósito en garantía.

¿Qué es un depósito en garantía? 

El depósito en garantía no es más que una manera que tiene el arrendador de garantizar el bienestar de su inmueble una vez que finalizó el contrato; es decir, si existe alguna reparación a ejecutar dentro del hogar que no sea por el uso habitual del inmueble.

Independientemente del mercado, lo más común es que se solicite un mes de renta como depósito, mientras algunos arrendadores solicitan dos y hasta tres meses, en especial cuando la vivienda está amoblada y se tiene un mayor riesgo de reponer cualquier daño al mobiliario.

Allí entra un dato adicional: si tienes mascotas, es probable que el arrendador te solicite dos o tres meses de depósito por el riesgo que estas implican para el mobiliario de la propiedad.

Generalmente, el depósito en garantía es devuelto a los inquilinos al final del contrato de arrendamiento, una vez que el propietario realiza una inspección al inmueble y verifica que esté en las condiciones que se estipularon al inicio del acuerdo.

En la mayoría de los casos, este depósito es devuelto al inquilino 60 días después de finalizado el contrato de arrendamiento. Sin embargo, existen situaciones en donde el propietario está en su derecho de retenerlo y hacer uso de él, sobre todo en viviendas donde existen malos hábitos de limpieza que afectan la entrega del mismo.

¿Qué puede afectar el reintegro del depósito en garantía?

  • Es muy común que pisos, alfombras y pintura puedan sufrir desgastes o rayones durante el alquiler, pero su uso correcto te evitará cualquier tipo de problema con el arrendador.
  • Las fracturas en la vivienda tras un sismo no son causales para que el propietario retenga tu depósito, así como los desgastes en las instalaciones de agua, electricidad y gas doméstico.
  • Una ventana, piso o puerta rota, es una señal clara de que hubo un mal uso del inmueble y se requiere una reparación. Asimismo, las quemaduras y hoyos en las paredes se deben reparar para evitar la retención del depósito.
  • Las modificaciones hechas sin consentimiento del propietario no solo implicarían la retención del depósito, sino que te podrían obligar a indemnizar al arrendador.
  • Una vez que finaliza el contrato y el propietario constata las condiciones del inmueble, se procede a verificar posibles deudas, bien sea en los servicios o mantenimiento de la propiedad.

Por ello, lo recomendable en caso de que te decidas por una vivienda alquilada es que tengas una relación armoniosa con tu arrendador, contar con todos los pagos al día y cuidar el mobiliario como si fuera tuyo. Esto también aplica para cuando alquilas otro tipo de inmuebles como oficinas, locales comerciales o depósitos.

Así garantizarás que cualquier detalle que tenga la vivienda surgirá por su desgaste natural y no por algún mal uso de la propiedad. De esta forma el depósito en garantía regresará a tus manos y tu arrendador no dudará en recomendarte si necesitas alquilar nuevamente.

Redacción Inmobilia 2018
Fuente: El Financiero

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