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Un difícil 2022 ha tenido el mercado inmobiliario chileno. Ha estado, marcado por la alta inflación y el alza en la Tasa de Interés, impactando en los proyectos y las ventas del sector. A ello se ha sumado a la crisis financiera que afecta a las constructoras y el creciente valor de la UF.

Pero desde octubre ha habido un incipiente optimismo luego de que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) marcara 0,5%, ubicándose por debajo de las expectativas del mercado. Con dicho registro, la inflación anual bajó de 13,7% a 12,8%, siendo la segunda reducción consecutiva luego de que en agosto llegara a 14,1%.

En este contexto, el mercado inmobiliario chileno ajustó sus proyecciones a la baja para el año. Está pasando de ubicarse sobre 13%, a un nivel más cercano a 12%, en línea con lo que proyectó el Banco Central en el último Informe de Política Monetaria de septiembre.

Así lo explicó Liza Lucero, Gerenta General de Grupo Alpha Inmobiliaria, una empresa con más de 20 años de experiencia en el mercado inmobiliario chileno. La firma se ha especializado en la construcción de locales comerciales, ubicados principalmente en las comunas de Estación Central, Independencia, Santiago Centro y San Miguel.

“Todos los especialistas concuerdan a que se llegó al tope de la Tasa de Política Monetaria. Esto es de cuidado, ya que es sabido que el aumento de las tasas detiene el consumo, pero también la inversión. Y la inversión significa más producción de bienes y servicios y más empleo”, precisó Lucero.

Factores que afectan el mercado inmobiliario chileno

La preocupación actual no solo viene de la situación económica mundial y local, sino que también por las medidas anunciadas por el Gobierno referentes a la Reforma Tributaria. Esta -entre otras cosas- elimina el beneficio que deja exentos de impuestos a los dueños de viviendas DFL-2 en arriendo. Además, plantea que quienes arrienden un inmueble destinado a uso habitacional deduzcan de su base imponible el gasto asociado a esa renta mensual.

“En este momento, con la gran inflación existente y que se quedará durante por lo menos un año en nuestro país, creemos que hay que ser cauteloso a la hora de establecer impuestos más altos. De acuerdo con la propuesta del Gobierno, todos los ingresos generados por arriendos de inmuebles estarán gravados con impuestos. Esto lo que hace es afectar al consumidor final, que sería el arrendatario”, manifiesta Lucero.

“En efecto, la propuesta indica que los dueños de un inmueble DFL2 y lo arriendan, deberán considerar esos ingresos como parte de la renta imponible.  Si bien es cierto que el resultado depende de los montos específicos, es evidente que el impuesto que eventualmente debe pagar el propietario será trasladado al valor del arriendo. Ello afectará a las personas que necesitan arrendar por no poder acceder a una vivienda propia”, agrega.

Por otro lado, la reforma trae una exención que permite deducir de la base imponible del impuesto global complementario los gastos por arriendo, con un máximo de $450.000 mensuales. Lucero explica que “se debe tener presente que mayor parte de las personas que arriendan inmuebles por no poder acceder a una vivienda propia desde ya no pagan este impuesto, por lo que el beneficio no llega a ellas”.

En consecuencia, “principalmente la clase media se verá afectada por el alza de los arriendos, y por otro lado, se desincentivará la inversión en este tipo de viviendas, por el alza en los tributos”.

Respecto al futuro del mercado inmobiliario chileno, Lucero comenta que “se prevé que desde el segundo semestre del 2023 las tasas comiencen a bajar, producto de las medidas económicas que ha tomado la autoridad, esto es auspicioso para el sector inmobiliario, que ha tenido bajas importantes este año”.

“Nuestro mensaje es que creemos en la paciencia y la prudencia. Se sabe que el alza en las tasas de interés afecta enormemente las decisiones de inversión de todas las empresas, y sobre todo en el área inmobiliaria y de construcción, ya que este rubro afecta a muchos otros. Cuando la tasa de interés es más alta, los proyectos de inversión se vuelven más caros, por lo que el primer semestre de 2023 será de espera a mejores condiciones del mercado”, cierra la ejecutiva.

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